Sabías qué…
También podemos descubrir la riqueza de la liturgia en las respuestas que se nos proponen para la aclamación a la Consagración, y que, en la reedición de la nueva traducción del Misal, viene recreadas de nuevo.
Estamos acostumbrados a la clásica:
S: Este es el sacramento de nuestra fe.
P: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡Ven Señor, Jesús!
Que se usa siempre pero que es más propio del tiempo de Adviento.
Para la Cuaresma de puede utilizar esta otra:
S: Aclamemos el misterio de la fe:
P: Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas
Y para la Pascua, podría utilizarse esta otra:
S: Proclamemos el Misterio de la fe:
P: Sálvanos Salvador del mundo, que nos has liberado por tu cruz y resurrección.
Esta nueva riqueza en las aclamaciones nos acerca más a la realidad del Misterio de lo que celebramos. Pueden utilizarse también, de una manera indistinta en cualquier Tiempo Litúrgico
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