Vía Crucis por calles empedradas que recuerdan tropiezos y errores. Pero sobre todo, recuerdan el camino de la salvación y del hacer al otro hermano y compañero de camino.
Vía Crucis en el que Jesús Nazareno nos adelanta el paso y se encuentra con su madre, con Juan y con María, con Verónica, que le limpia el rostro.
Viernes Santo que vivimos hoy en los hospitales, en las familias que pierden seres querido en el silencio por este virus. En la soledad del que sufre en casa aislado.
Vía Crucis que no sabe la puerta al Cristo Crucificado levantado en medio de nosotros para darnos vida, para que clavemos la mirada en El y contemplemos el amor y la ternura De Dios que, por nosotros, venció a la muerte dándonos la vida en su Hijo.
Viernes Santo de recogimiento, de oración y de contemplación porque Cristo no se pasea por nuestras vidas, está en nuestra vida.
Vuestro párroco.
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