Para verlo este año crucificado en tantos enfermos, en tantos que se ha llevado este virus, en tantos que han perdido a sus seres querido.
Es el Viernes Sabel de esta Semana Santa tan diferente.
Recogimiento y mirada a la cruz, por que después veremos a la Madre con su Hijo difunto, y lo enseñaremos por todos lados porque en El duerme una semilla de esperanza, no huele a muerte sino a vida.
La Magna no hacer ver todo el misterio de una vez, un misterio que hoy se repite más que nunca, un misterio que no acaba en un golpe de enterramiento, porque en El hay una semilla de esperanza.
No huele a muerte, huele a vida.
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