Ese encuentro nos sigue hablando de la necesidad de sentirnos necesitados unos de otros. De experimentar que somos compañeros de caminos y que tenemos que ser siempre Buenas Noticias para los demás, porque tenemos que llevar la alegría y la esperanza de la Resurrección.
Salgamos de nuestra tumbas y sepulcros de los prejuicios y de lo de siempre, y sigamos caminando para que este encuentro íntimo y profundo con el resucitado, nos haga nuevos y diferentes.
No nos cansemos de orar por todos los que se ha llevado este virus y por sus familias, para que Jesus sea su consuelo y fortaleza.
Hoy es el Domingo de la Divina Misericordia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario