Palabras del Párroco

Comenzamos este Adviento con el lema elegido por nuestra diócesis para ayudarnos a vivirlo mejor dentro de esta etapa sinodal que estamos recorriendo. Una etapa que nos convoca a caminar juntos, a escucharnos, a tenernos en cuenta, porque llevamos demasiado tiempo callados y haciendo lo que otros quieren o dicen, pero no aportando nuestra historia y nuestros caminos.

El Adviento es un tiempo especial y único para hacer camino.

Como lo hizo María al recibir el anuncio del ángel de que sería la Madre del Señor, y aceptarlo con su “SÍ” incondicional y que, sigue escandalizando nuestras medidas mediocres que quieren controlarlo todo. O como lo hizo José, al verse sorprendido y cambiado en sus planes, por la irrupción de los planes de Dios en lo que él ya tenía pensado, pero que, como hombre decidido y valiente acoge ese nuevo camino que Dios le propone recorrer en la aventura de fiarse sólo de Él. O como tantos y tantos lo han recorrido a lo largo de la historia porque se han sentido cautivados por las palabras de vida que salen de los labios del Nazareno, y que siempre invitan a seguir adelante y ha hacer todo nuevo, porque las copias y lo de siempre ya no molan.

El Adviento de este año es diferente, porque en él, si queremos, nos daremos cuenta como el Señor no ha dejado de venir cada día a nuestra vida en miles de acontecimientos y de personas, pero ¿hemos aprovechado esa venida? ¿nos hemos levantado, deseado y actuado para hacerla posible en medio de nuestras cosas?

El Adviento es un tiempo de cambio, de renovación, de recorrer nuevos caminos y sorprendernos a nosotros mismos ¿caminas?