<<SIEMPRE ESTÁS CONMIGO>>
Octubre es siempre el mes del Rosario, porque en La Virgen del Rosario centramos este mes y, sobre todo, en el rezo de esta especial devoción a la que, el pueblo cristiano, siempre ha tenido y tiene un gran cariño y asiduidad. Parece casi una obligación, coger el rosario y rezarlo o simplemente tenerlo en las manos cuando las cosas nos apuran o cuando nos sentimos desesperados. Como si debiéramos acudir a la Madre para que nos proteja y nos cuide.
Es también el mes de volver a retomar el camino ordinario de la marcha de nuestras parroquias, pero claro está, con las diferencias y cambios que la pandemia y nuestra salud nos exige. Las catequesis comienzan, lógicamente con nuevas formas porque los grupos hay que reducirlos y, por lo tanto, necesitamos más catequistas, por lo que es necesario el compromiso y el querer participar en esta actividad de la parroquia, para enseñar a otros a caminar y crecer en la fe.
No podemos ser ilusos y pensar que ya no pasa nada, porque no dejamos de ver como sí que pasa, y como, por la irresponsabilidad de muchos, sigue habiendo abundantes contagios y demasiadas muertes, lo que sí que es una desgracia. Aunque mayor desgracia es que ya no nos demos cuenta de esto, de que no nos cuidemos y de que no recemos por los que siguen falleciendo y por sus familiares. No debiéramos endurecer nuestro corazón, sino ser más solidarios y más hermanos.
No dejemos de cuidarnos para poder cuidar. Por eso, durante este mes, rezaremos el Santo Rosario antes de las misas ofreciéndolo por el fin de la pandemia, por el descanso eterno de los que siguen falleciendo y por el consuelo de sus familias, seguros de que María nos ayuda cuidar y a cuidarnos.
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