Miércoles Santo que nos adentra en la Semana Santa, y nos coloca a las puertas del Triduo Pascual.
Atado a la columna para decirnos que está atado a nosotros, que está con nosotros y que no se irá de nosotros.
Amargura por la despedida de aquellos que este virus se ha llevado y que nos pide una oración desde el corazón, por ellos y por los que no han podido despedirles.
Miércoles Santo, en que no podemos olvidar porque estamos así y como tenemos que seguro remendó juntos en este mar de incertidumbre.
Miércoles Santo, Señor de la Columna y Madre de la Amargura. Cogidos a ellos avanzamos por los caminos de la Fe y de la fraternidad. No nos soltemos ni dejemos atrás esta oportunidad de volver al camino de la vida. Señor a todo a Columna y Madre de La Amargura.
Vuestro párroco.
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