La Palabra de Dios, nos plantea este domingo continuar el camino de superación que nos va enseñando Jesucristo. Un camino que no está por encima de nuestras posibilidades, sino que nos llama cada día a dar lo mejor de nosotros mismos, y no a quedarnos a medias o a desinflarnos a las primeras de cambio o antes las primeras dificultades.
Pero como todo, depende siempre de nuestra elección y decisión personal, porque hoy más que nunca, es importante el discernimiento que hagamos entre todas las opciones que tenemos delante de nosotros, porque el bien y el mal siguen existiendo, y no es cuestión de negarlos, sino que es cuestión de elegir bien, de pensar, discernir y tomar la decisión adecuada según el camino que estemos recorriendo.
No podemos olvidar, que siempre, a ejemplo del Maestro, estamos llamados ha hacer el bien, a buscar lo que da felicidad plena a nuestra vida, lo que nos permite realizarnos y, sobre todo, lo que hace que llevemos adelante nuestros sueños, porque el que no sueña, es como si estuviera muerto, o peor, resignado con lo que viene. Y no podemos ser así, porque nuestra vida, exige siempre lucha y avance, ganas y coraje. Especialmente, porque no solo luchamos para nosotros, sino que, también, luchamos para ser compañeros de caminos y compartir las historias de los demás, y alentarles en sus propios caminos.
La principal artimaña del mal es hacernos creer que no existe y que todo es bueno, pero sabemos, que, todo lo que no nos construye, todo que nos hace ir contra la vida, todo lo que no nos hace felices, no es bueno, no viene de Dios, ni nos desarrolla plenamente. Po eso, no podemos arrimarnos a la ley “del todo vale”, y la del: “si los demás lo hacen yo también”, porque entonces correremos el riesgo de no ser auténticos, sino puros imitadores de aparentes ídolos, que, a la hora de la verdad, se desmoronan y hacen polvo, porque tampoco han llegado a crecer ni dar lo mejor de sí mismos.
No tengamos nunca miedo de ponernos en el camino de hacer realidad nuestros sueños, y de hacerlo desde la experiencia del encuentro con el Señor, porque él, que nos ha dado su Espíritu Santo, nos da la fuerza de su amor para elegir siempre lo bueno, lo recto, lo noble y lo esencial para nuestra vida.
APÚNTES DE LITURGIA
Sabías qué…
El Prefacio, que es la gran oración de acción de gracias en mitad de la celebración de la Eucaristía, es la plegaria que nos invita, desde lo profundo del corazón, y por labios del sacerdote, a darle gracias a Dios por todo lo que nos da cada día. Desde lo que él ha creado, hasta lo que hacemos nosotros con nuestra creatividad y voluntad. Una acción de gracias, que no se encierra en el egoísmo, sino que nos abre a toda la Iglesia, pues de hecho, nos encontramos con gran variedad del Prefacios en la Nueva edición del Misal Romano, que es ese libro voluminoso, de color rojo, que se coloca en el Altar en el momento de la celebración de la Eucaristía, y que contiene todas las oraciones de la Misa, además de la manera en la que hay que celebrarla, para que estemos unidos a toda la Iglesia universal, en este gran sacrificio.
Sabías qué…
El Prefacio, que es la gran oración de acción de gracias en mitad de la celebración de la Eucaristía, es la plegaria que nos invita, desde lo profundo del corazón, y por labios del sacerdote, a darle gracias a Dios por todo lo que nos da cada día. Desde lo que él ha creado, hasta lo que hacemos nosotros con nuestra creatividad y voluntad. Una acción de gracias, que no se encierra en el egoísmo, sino que nos abre a toda la Iglesia, pues de hecho, nos encontramos con gran variedad del Prefacios en la Nueva edición del Misal Romano, que es ese libro voluminoso, de color rojo, que se coloca en el Altar en el momento de la celebración de la Eucaristía, y que contiene todas las oraciones de la Misa, además de la manera en la que hay que celebrarla, para que estemos unidos a toda la Iglesia universal, en este gran sacrificio.
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