El acto comenzará con la celebración de la Eucaristía en la parroquia de Santa Ana a las 11:00h. y a continuación saldremos cantando villancicos por las principales calles de nuestra Villa.
Los “Sembradores de Estrellas” salen por las calles para llevar el mensaje de Amor de Jesús y felicitar la Navidad en nombre de los misioneros. ¡Únete a la fiesta de los Sembradores de Estrellas!
LA SEÑAL
Las señales de muchas cosas están siempre presentes en nuestra vida, no solo las de tráfico, sino también las que nos anuncian acontecimientos, las que nos avisan del tiempo, etc.
En esté ultimo domingo de Adviento, se nos invita a estar atentos a las señales para no perdernos y dejar pasar de largo los acontecimientos que están por llegar, porque son los importantes para nuestra vida de cristianos. No perdernos el ver como se acerca el nacimiento del Salvador y festejarlo con toda nuestra fe y piedad.
Ya no puede faltar el nacimiento en nuestra casa, es la señal de que nos preparamos en familia o individualmente para que también nazca el Niño-Dios en nuestro corazón. Ante él recordamos y pedimos por todos, por lo que ya no están presentes y por los que se han unido a la vida familiar, o simplemente recordamos acontecimientos y personas de otros momentos. Es la señal de la ternura de Dios que se hace pequeño para entrar en nuestro mundo, en nuestro corazón.
Por eso este domingo la Palabra de Dios, no escatima en señales, desde las del Antiguo Testamento, hasta la del Evangelio en la que escucharemos la que se le da a José ante las dudas de lo que estaba pasando en María. Una manera de darnos cuenta de que Dios nunca nos deja a la deriva, ni solos ni abandonados, sino que se ocupa y de preocupa de nosotros, solo tenemos que escuchar y hacer caso a su palabra y a sus señales.
A veces nos cuesta verlas o entenderlas, o simplemente pasamos de ellas porque no nos interesan en este momento de nuestra vida. Posiblemente nos daremos cuanta cuando nos hagan falta o cuando veamos que necesitamos de alguien más que de nosotros mismos. Dios no nos va a defraudar, solo tenemos que dar pasos hacia él y no alejarnos de él, porque no se ira de nuestro camino, más bien nosotros ignoramos sus señales y seguimos de largo.
A las puertas de la Navidad, nos convendría hacer a todos acopio de ganas y de fuerzas para celebrar el nacimiento del Niño -Dios, para dejarle entrar en nuestra vida y para permitirle que sea el Emmanuel, el Dios-con-nosotros, que viene a mostrarnos y llenarnos de toda la ternura y el amor de Dios desde un simple y pobre pesebre, la señal de que Dios busca lo sencillo y lo humilde para estar cerca de nosotros y en nosotros
Las señales de muchas cosas están siempre presentes en nuestra vida, no solo las de tráfico, sino también las que nos anuncian acontecimientos, las que nos avisan del tiempo, etc.
En esté ultimo domingo de Adviento, se nos invita a estar atentos a las señales para no perdernos y dejar pasar de largo los acontecimientos que están por llegar, porque son los importantes para nuestra vida de cristianos. No perdernos el ver como se acerca el nacimiento del Salvador y festejarlo con toda nuestra fe y piedad.
Ya no puede faltar el nacimiento en nuestra casa, es la señal de que nos preparamos en familia o individualmente para que también nazca el Niño-Dios en nuestro corazón. Ante él recordamos y pedimos por todos, por lo que ya no están presentes y por los que se han unido a la vida familiar, o simplemente recordamos acontecimientos y personas de otros momentos. Es la señal de la ternura de Dios que se hace pequeño para entrar en nuestro mundo, en nuestro corazón.
Por eso este domingo la Palabra de Dios, no escatima en señales, desde las del Antiguo Testamento, hasta la del Evangelio en la que escucharemos la que se le da a José ante las dudas de lo que estaba pasando en María. Una manera de darnos cuenta de que Dios nunca nos deja a la deriva, ni solos ni abandonados, sino que se ocupa y de preocupa de nosotros, solo tenemos que escuchar y hacer caso a su palabra y a sus señales.
A veces nos cuesta verlas o entenderlas, o simplemente pasamos de ellas porque no nos interesan en este momento de nuestra vida. Posiblemente nos daremos cuanta cuando nos hagan falta o cuando veamos que necesitamos de alguien más que de nosotros mismos. Dios no nos va a defraudar, solo tenemos que dar pasos hacia él y no alejarnos de él, porque no se ira de nuestro camino, más bien nosotros ignoramos sus señales y seguimos de largo.
A las puertas de la Navidad, nos convendría hacer a todos acopio de ganas y de fuerzas para celebrar el nacimiento del Niño -Dios, para dejarle entrar en nuestra vida y para permitirle que sea el Emmanuel, el Dios-con-nosotros, que viene a mostrarnos y llenarnos de toda la ternura y el amor de Dios desde un simple y pobre pesebre, la señal de que Dios busca lo sencillo y lo humilde para estar cerca de nosotros y en nosotros
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