Palabras del Párroco

UNA FAMILIA

La familia es un tema muy llevado y traído en nuestros días, sobre todo porque ya no se habla de familia tradicional, sino de varios tipos de familia. Nos gusta hacer diferencias y que esas diferencias nos separen en lugar de unirnos, parece que estemos preparados, genéticamente, para buscar la separación en todo y no la unidad.

Pero en estos días de Navidad y en este Domingo de la Sagrada Familia de Nazaret, no se nos invita a separarnos, sino a unirnos, a ver nuestras diferencias personales como una riqueza que nos hace crecer a todos, y no como un motivo de enfrentamiento y de reivindicación ideológica.

Jesús ha venido para encontrarse con nosotros, pero no para hacer diferencias entre nosotros. Ha venido para que le dejemos un puesto en nuestra vida y, junto a él, crecer y avanzar en el camino de la vida que nos hemos propuesto y que, poco a poco, vamos conformando y realizando, no sin esfuerzos, trabajos y, a veces sufrimientos, pero siempre con esperanza e ilusión, seguros de que es el camino que nos irá identificando y plenificando, pero no como seres en soledad, sino como familia social que lucha, crece y avanza.

Lo bueno de la Navidad es que tendemos a vernos más unidos que nunca, y a caminar contemplando la presencia del Niño de Belén, que es Dios encarnado por nosotros, y que lo ha hecho desde la ternura y el amor que nos tiene a todos y cada uno de nosotros. Pero es un acontecimiento, casi misterioso, que solo podemos entender desde la humildad y la sencillez, desde el asombro del que sigue teniendo mirada de niño, y se ilusiona contemplando un pesebre.

La Navidad es y será siempre Jesucristo, y su presencia viva entre nosotros. No es otra cosa y no podemos verla de otra manera, porque si queremos vaciarla de su auténtico significado, acabaremos como siempre, buscando las diferencias y enfrentándonos por aquello que debe unirnos. Así que, como José y María, soñemos con lo que Dios nos da y nos pide a cada uno de nosotros y atrevámonos ha hacer realidad nuestros sueños, porque sino, nos estaremos comportando y actuando como zombis que caminan sin ton ni son y que se mueven en la oscuridad de la noche.