Este fin de semana continuaremos con el novenario en honor a San Roque en la parroquia de Santa Ana con la celebración de la Eucaristía a las 19:30 horas donde oraremos cada día por diferentes grupos y colectivos:
Viernes 23: Oraremos por la tercera Edad y Vecinos
Sábado 24: Oraremos por la Catequesis, niños, padres y catequistas
Domingo 25: Oraremos por Cáritas Interparroquial
Palabras del Párroco
VAYA COSAS TIENE DIOS
Nuestra fe nos llama cada día a reconocernos unos privilegiados, no porque tengamos dinero o seamos influyentes o creamos tener poder, sino porque somos hijos de Dios, porque hemos sido llamados a una vida que ya gustamos en este mundo con nuestras obras buenas y con nuestra entrega de vida.
Por eso, no se nos escapan las exigencias del Evangelio, porque más o menos, vamos conociendo la vida del Señor, y sabemos que estamos llamados a imitarle en todo, para ser de verdad testigos suyos en este mundo. Y es que esta imitación, exige una coherencia de vida y una responsabilidad, puesto que no podemos dedicaros a hablar de todo y a todos sin saber lo que hablamos, ni lo que decimos, ni de quien lo decimos.
Estos días leía a un estudioso actual de la Biblia, a un exégeta, y decía que la Biblia que muchos leerán hoy en día, sobre todo los no creyentes, pero también los indiferentes, será el ejemplo de vida de cada cristiano. Una afirmación que no podemos pasar de largo, pues hace pensar mucho por su certeza y por su claridad.
Somos para los demás un libro abierto y un camino para acercarse al Señor o para alejarse de él, y no porque puntualmente hagamos esto o aquello o porque digamos esto de esta manera o de aquella, sino porque tenemos unas exigencias vitales, unas actitudes cristianas que tenemos que vivir y poner en practica cada día, para ser de verdad cristianos y para vivir de acuerdo con el Evangelio del amor. Y porque, el no hacerlo, hace que adulteremos el mensaje de Cristo y nos dediquemos ha decir lo que no dijo el Señor y ha hablar de lo que él no habló, y eso si que hace mucho daño a los demás.
Seguir a Cristo, o simplemente vivir el estilo de Cristo, exige de nosotros una actitud coherente con él y una vida concreta, sin dobleces. No cabe lo de “una velita a Dios y otra al diablo”. Ya no vale lo de: “yo no soy a misa, pero soy más creyente que los que van”, o lo de que: “a mi no me coge la secta de la Iglesia porque no quiero ser como ellos”. Y no valen estas excusas baratas y manidas, porque las cosas se cambian desde dentro y no desde la crítica externa, porque la vida cristiana es más importante y profunda que lo malo que veo en algunos cristianos a los que critico; porque lo importante es mi encuentro con el Señor, que no se hace una vez una vida, sino en la entrega y en la imitación diaria.
Dejemos de engañarnos y autocomplacernos y dediquémonos a buscar al Señor y a dejarle entrar en nuestra vida para que sus exigencias de amor y ternura nos transformen.
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