viernes, 26 de julio de 2019

Festividad de San Joaquín y Santa Ana. Palabras del Párroco

Esta tarde tendremos la celebración solemne de la Eucaristía en honor a San Joaquín y Santa Ana a las 19:30 horas y a continuación, procesión por el recorrido de costumbre.

Recordamos que esta Eucaristía será retransmitida por Facebook live para todas aquellas personas que no puedan asistir.

Palabras del Párroco de las lecturas de este fin de semana
¿PARA QUÉ PEDIMOS SI PARECE QUE NO NOS ESCUCHAN?
Muchas veces escuchamos esta pregunta cuando le pedimos al Señor y no nos da, exactamente, aquello que le hemos pedido. O no como y cuando yo quiero que me den las cosas. Y esto nos desanima y nos lleva incluso a dudar de su presencia en nuestro camino o de que, de verdad, seamos escuchados.

La Palabra de este domingo, nos invita, precisamente a pedir, con insistencia y con paciencia, sabiendo siempre que somos escuchados y atendidos, según aquello que pedimos y necesitamos. Eso quiere decir, que debemos guiarnos siempre por la fe y la por la confianza que tenemos en el Señor, pues sabemos que no quedamos nunca defraudados. Sobre todo, porque en cristiano se pide insistentemente y con la certeza de la escucha, pue hemos experimentado la magnanimidad de nuestro Dios, a pesar, muchas veces, de nuestra mezquindad a la hora de dar y de ser generosos.

Por eso no podemos quedarnos mirando al cielo como si solo tuviéramos el derecho de recibir, sino que, a la vez que pedimos, debemos dar a los que estan con nosotros, debemos mostrarnos generosos y responsables de la suerte y necesidades de los demás. Porque quien pide es siempre escuchado en la medida que también da a quien le pide. La generosidad del amor no es un derecho nuestro, es un deber y una realidad necesaria que debemos manifestar en aquellos que vienen a nosotros.

“Pedid y se os dará”, nos dice el Señor. Pedir con fe y esperanza para ser escuchados. Pero no sé pide el sacarnos la lotería ni el querer tener lo que el otro tiene, se pide desde la necesidad y desde el agradecimiento. No desde la revancha o el chantaje, sino desde la simplicidad de saber que es el Señor quien nos da todo, y siempre aquello que necesitamos, porque nosotros, hemos sino capaces de ser generosos con el necesitado y con el que ha acudido a nosotros.

No dejemos nunca de orar y de pedir, desde la certeza de que el Señor no deja nunca de escucharnos y aceptar nuestras peticiones, que serán respondidas desde la fe y desde el amor infinito de Dios.


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