Por: Silvia del Valle | Fuente: Catholic.net
Ser mamá es la vocación más hermosa y difícil qué hay.
Para ser mamá hay que tener la ternura de una caricia y a la vez la fortaleza de un roble. Para ser mamá hay que saber escuchar y también aconsejar cuando se necesita. Para ser mamá se necesita estar siempre disponible pero no estorbar a nuestros hijos.
Para ser mamá hay que tener la ternura de una caricia y a la vez la fortaleza de un roble. Para ser mamá hay que saber escuchar y también aconsejar cuando se necesita. Para ser mamá se necesita estar siempre disponible pero no estorbar a nuestros hijos.
Y digo que es una vocación porque es el llamado más hermoso que nos ha hecho Dios a las mujeres. Y no me refiero solo a la maternidad biológica, sino también a la maternidad espiritual, que al final de cuentas también es maternidad.
Es importante que nos demos cuenta que las mamá también debemos ser las mamás espirituales de nuestros hijos y que por lo mismo debemos acercarlos a Dios y procurar que lleven una vida espiritual fuerte y muy alineada a la voluntad de Dios.
Por eso hoy quiero compartir mis 5 Tips para ser buenas mamás y no sólo biológicas, sino también espirituales.
PRIMERO. Mantén una buena comunicación con tus hijos.
La comunicación es la vía más directa para establecer una conexión con nuestros hijos.
La comunicación es la vía más directa para establecer una conexión con nuestros hijos.
Si ellos saben que pueden acercarse a nosotras para platicar sus asuntos, establecemos un vínculo que difícilmente se puede romper.
Y no se trata de generar una codependencia sin de establecer una sana complicidad que genere una gran seguridad en nuestros hijos y los haga tener una autoestima adecuada.
Si logramos establecer una buena comunicación tendremos grandes oportunidades de orientar y guiar a nuestros hijos tanto en el plano humano como en el plano espiritual, que comúnmente se queda en el olvido.
SEGUNDO. Con ellos en las buenas y en las malas.
Es importante que nuestros hijos sepan que estamos ahí para ellos y para ayudarles en todo, sin estorbarles pero siempre listas para auxiliarles.
Es importante que nuestros hijos sepan que estamos ahí para ellos y para ayudarles en todo, sin estorbarles pero siempre listas para auxiliarles.
Que sepan que nuestro apoyo lo tienen en todo momento, pero esto no significa que apoyemos todo lo que hacen.
Es importante corregirles con amor y sobre todo que sepan que estamos atentas a sus asientos y a sus errores para darles un poco de guía y dirección.
Pero debemos estar atentas a no suplir lo que ellos mismos deben hacer, siempre de acuerdo a la edad de cada uno.
TERCERO. Ora por ellos.
Nosotras las mamás estamos siempre al pendiente de lo que necesitan nuestros y también en el plano espiritual.
Nosotras las mamás estamos siempre al pendiente de lo que necesitan nuestros y también en el plano espiritual.
Para apoyarles espiritualmente es necesario que seamos mamás orantes, que dediquemos nuestros días y nuestras oraciones por los hijos.
Quien ora intercede por la persona que ofrece la oración, es decir, ruega a Dios que le conceda las gracias que necesita cada uno y le ofrece su acompañamiento espiritual.
Precisamente eso es lo debemos hacer, estar al pendiente e interceder por nuestros hijos para que alcancen un crecimiento espiritual.
En muchas ocasiones esto es más importante que todo lo demás, porque del bienestar espiritual se deriva el bienestar físico.
CUARTO. Ofrece todo tu día por tus hijos.
Y si queremos dar un paso más en esto de interceder por nuestros hijos, una buena forma es ofreciendo todas nuestras acciones del día por ellos.
Y si queremos dar un paso más en esto de interceder por nuestros hijos, una buena forma es ofreciendo todas nuestras acciones del día por ellos.
Es como una forma de hacer en lugar de ellos, es decir, que Dios tome en cuenta nuestras acciones supliendo lo que ellos no han podido hacer.
A Dios le gusta mucho que le ofrezcamos nuestras acciones porque gana dos veces, es decir, primero gana porque nosotros buscamos hacer Su Voluntad y después gana porque hacemos como una alcancía para nuestros hijos y por lo mismo los acercamos a El.
Y QUINTO. No hay edad para dejar de ser mamá.
Esto de la vida espiritual es muy impactante porque no es como la vida biológica.
Esto de la vida espiritual es muy impactante porque no es como la vida biológica.
En lo biológico nuestros hijos crecen y poco a poco se hacen autónomos y pueden hacer sus cosas por sí mismos, pero en la vida espiritual nunca dejan de tener la necesidad de que les acompañemos con nuestras oraciones y oblaciones.
Si por alguna razón hemos dejado de orar por nuestros hijos, es el momento de volver a hacerlo y que hagamos conciencia de que además de ser mamás biológicas, debemos ser mamás espirituales de nuestros hijos.
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