viernes, 25 de enero de 2019

Palabras del Párroco

HOY SE CUMPLE
Nos quejamos mucho en estos tiempos de que ya nadie cumple su palabra. Ya no vale nada eso de “te doy mi palabra”, más bien nos echamos a reír cuando nos lo dicen, porque nos estamos acostumbrando a que “donde dije digo”, ahora “digo Diego.” Estamos creando una sociedad donde ya no se miran las personas por lo que son sino por lo que tienen.

Y hoy la en la Eucaristía, se nos habla de la Palabra. De la Palabra de Dios, laque siempre es Palabra auténtica, que da vida, que nunca falla y que siempre cumple lo que dice… y a lo mejor por eso, nos cuesta escucharla y hacerla vida, porque no se amolda a las corrientes sociales, sino que sigue siendo tremendamente provocativa, aún después de tanto tiempo.
No deja de ser sorprende, como hasta los cristianos escuchamos esta Palabra, pero la dejamos donde la hemos oído, como si nos atrajeran más las palabras de la tv, o del político de turno, o del que está de moda y habla por hablar, aunque sabemos que son pasajeras y que no nos aportan nada importante.
Gandhi, que era hindú, llegó a decir, que “el día que los cristianos escucharan y vivieran el Evangelio, serían imparables”. Los de fuera alaban la Palabra de Dios, y nosotros, los dentro, la dejamos encerrada para que no nos moleste.
Este domingo escuchamos como nos dice Jesús, que se cumplen las palabras que escuchamos, y que esas palabras son Buena Noticia, no acusaciones, ni quejas, ni depresiones, sino novedad permanente, ayuda en el camino, luz en cada paso que damos, nuevas oportunidades para no tierra la toalla y ver más allá de las apariencias.
Quizás deberíamos sacar hora para el otorrino del corazón y pedirle que nos saque los oídos interiores, todo aquello que nos deja escuchar e interiorizar o que nos esta diciendo la Palabra Viva que es Jesucristo, y que nos recete ganas e ilusión para no seguir taponados en nuestro testimonio, sino para decidirnos a confiar en él, y a caminar dando vida a este mundo. La vida del amor y de la esperanza siempre nueva: aprovechemos esta Jornada de la Infancia Misionera, para no dejar de ser misioneros donde quiera que estemos cada día.

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