viernes, 18 de enero de 2019

Palabras del Párroco

HABÍA UNA BODA

Al comenzar de nuevo el Tiempo Ordinario, la liturgia nos sorprende invitándonos a una boda. A un banquete en el que parece que no está todo muy bien organizado porque falta el vino, lo que provoco que, a petición de María, Jesús realice su primer milagro y se manifieste así a los demás.

A veces tachamos a la religión de fría y oscura, como si viviera a coartar al se humano y a no dejarle ser el mismo. Y es curioso que, después de la Navidad, comencemos el camino ordinario en una Boda, en la que están la Virgen, Jesús y sus discípulos, como invitados.

Muy oscuros no debemos ser, cuando vemos ha Jesús siempre rodeado de personas, celebrando y festejado con ellas sus alegrías, y también ayudándolas en sus necesidades. Enseñándonos así el camino y el ejemplo que debemos seguir en nuestra vida cristiana.

Pero esto no quiere decir que vivamos todo a lolailo, y que todo sea una pura fiesta. El mensaje del Evangelio es otro, pues no llama desde la alegría de nuestra vida cotidiana a sentir la presencia de Cristo en medio de nosotros, viviendo y festejando con nosotros, llorando y sufriendo con nosotros, soñando e ilusionándose como nosotros. Y por eso, la clave está en las palabras de María. “Haced lo que él diga”.

Jesús no viene a obligarnos a nada, ni a intentar convencernos de lo que no queremos. Viene a ser compañero de camino, a proponernos un camino de entrega y de superación personal ante el que nadie puede quedar indiferente, pues es el camino que nadie más puede ofrecer. El camino ilusionante del “llenad las tinajas de agua”, ante la desesperación del “no les queda vino”. El camino de la sorpresa del “vino mejor”, ante el bochorno del “vino malo”. El camino del seguir adelante, ante la inutilidad del quedarse parado en lo de siempre.

Haced lo que él nos diga es darle a la vida una orientación diferente, pues estaremos dejando entrar en nosotros la novedad de la Buena Noticia de Jesús, su Evangelio de vida, su camino de amor y de cercanía a los demás, su estilo de implicación y de compromiso con cada hermano de camino.

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