Seguimos reflexionando sobre la necesidad de verdaderos testigos que tenemos en nuestra sociedad y en nuestra Iglesia, personas convencidas de lo que creen, de porqué creen y de la necesidad que tienen de vivirlo, porque ya quien vive sus sueños es alguien que lo contagia.
Y esta semana se nos presenta a Juan, apodado el Bautista, porque bautizaba, según decían. Juan era la imagen de la excentricidad y de la creatividad, desde su forma de vestir hasta su mensaje. Le tocó ser el último de los profetas y la difícil tarea de anunciar que Dios estaba ya en este mundo. Es el precursor, el que bautizaba para que se cambiase de vida y se abriesen a la novedad de la venida del Salvador.
Precursor… Salvador… cambio de vida… preparar caminos… novedad… Dios… Expresiones que ya, no parecen que nos digan mucho a nosotros, los creyentes y, no digamos a los que no lo son. Pero expresiones que nos hablan de radicalidad, de creer en algo y el Alguien y vivirlo, de ser capaces de no subirse al carro de la mayoría borreguil, sino de preparar y hacer caminos nuevos, porque él testigo, hace caminos nuevos, porque como Juan, tiene claro que no puede ni debe ser políticamente correcto, no puede ser uno más. Tiene que ser uno, el mismo.
El testigo de esta semana, perdió la cabeza por ser fiel a sí mismo y a sus convicciones, porque tenía claro cuál era su suelo y su misión, y eso no se lo puedo arrancar nadie, alquilar nadie. Mejor sería que nos dejásemos de alquilar la cuna de nuestro corazón, y nos dedicáramos los creyentes, a caminar hacia el importante y a quitar de nuestra vida todo lo que impide que Él nazca en nosotros y seamos lo que tenemos que ser: Creyentes vivos, que sueñan, y no creyentes del montón.
Y para esto, ahora es el mejor momento, y este es irrepetible. No lo dejes pasar.
Sabías que…Las Imágenes de la Virgen María que tenemos en nuestros templos, representan a la misma Virgen María, porque sólo hay una Virgen María: María de Nazaret, la madre de Jesús. Pero con el correr de la historia, los cristianos, la hemos representado y llamado de forma diferente, según el momento histórico, el lugar, la tradición o la devoción de los fieles, de ahí que no podamos hablar de diferentes vírgenes marías, porque solo hay una: María, más bien deberíamos hablar de diferentes imágenes de la Virgen. Por eso no podemos decir que la Virgen del Carmen es prima de la Virgen del Rosario, porque es la misma Virgen María, pero llamada de diferentes maneras y representando dos advocaciones y dos tradiciones diferentes.
El culto que le damos es de veneración, y no de adoración, porque solo se adora a Dios, a la imagen se la venera porque representa a algo sagrado, porque nos recuerda algo sagrado y hace referencia a alguien a quien admiramos porque, como en este caso, fue fiel al Señor, que es intentamos hacer todos nosotros.
El culto que le damos es de veneración, y no de adoración, porque solo se adora a Dios, a la imagen se la venera porque representa a algo sagrado, porque nos recuerda algo sagrado y hace referencia a alguien a quien admiramos porque, como en este caso, fue fiel al Señor, que es intentamos hacer todos nosotros.
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