MAYO 2017-PASCUA
¿TE SIENTES AMADO? YO, CON AMOR ETERNO TE QUIERO
Seguimos avanzando por el camino de La Pascua que
estrenábamos el mes pasado. Un camino que nace de La Resurrección de
Jesucristo, él que dio su vida por nosotros, para que así, cada uno, seamos
capaces de dar la vida, cada día, en este mundo nuestro en el que vivimos y al
que tenemos mucho que aportar y cambiar.
La Pascua nos habla siempre de nuevas oportunidades, de
volver a ponernos en marcha porque siempre hay cosas que transformar y mejorar,
y es bueno hacerlo desde la perspectiva de la resurrección del Señor, desde el
saber que todo ocurrió y se actualiza día a día, simplemente, por el amor que
Dios nos tiene a cada uno de nosotros. Esto quiere decir, que Dios cuenta con
nosotros, nos ha elegido como hijos predilectos y amados suyos, y cada uno
somos importantes y necesarios, pues a todos nos ama con amor eterno.
El creyente, no puede hacer acepción de personas, no
puede creerse mejor que los demás. El creyente nuevo, nacido de La Pascua,
experimenta el amor nuevo de Dios y se lanza a vivirlo y regalarlo en el mundo.
Y esto no se hace sólo con fiestas y procesiones, con privilegios y golpes de
pecho; se hace implicándose en el mundo de hoy, llevando la Buena Noticia del
Evangelio a cada lugar y a cada situación que vivimos, estando como lo que
somos, en cada acontecimiento y en cada lugar de nuestro pueblo, porque la
fuerza del amor de Dios nos urge a ello y tenemos que hacerlo al estilo de
Jesucristo que, como hemos celebrado, se agachó hasta lavar los pies a todos,
incluso a aquel que lo entregó. Porque ese es el camino, y no la crítica, sino
la mano tendida y el corazón abierto, rebosante de acogida, de amor entregado y
de obras buenas. Eso es lo que damos: a Cristo Resucitado.
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