jueves, 19 de enero de 2017

Francisco: "No maten al prójimo con sus chismes"

El papa Francisco en la homilía de la misa celebrada hoy en la casa de Santa Marta, la primera con los grupos tras la pausa del verano, afirmó que "los que en una comunidad hacen chismes sobre los hermanos, sobre los miembros de la comunidad, quieren matar". 


"Donde está Dios no hay odio, envidia y celos, y no existen los chismes que matan a los hermanos", afirmó Jorge Bergoglio en la homilía publicada por la radio Vaticana, en la cual habló del encuentro de Jesús con los habitantes de Nazaret, como relata el Evangelio según San Lucas.
Los habitantes de Nazaret admiran a Jesús, observó el Pontífice, pero esperan de él algo extraordinario, "querían un milagro, querían un espectáculo" para creer en él.
Así, Jesús dice que no tienen fe y "ellos se enojaron, tanto. Se levantaron y empujaban a Jesús hacia el monte, para tirarlo abajo, para matarlo".
"Pero miren cómo cambió la cosa: comenzaron con belleza, con admiración, y terminaban con un crimen, queriendo matar a Jesús. Esto por celos, envidia, todas estas cosas", dijo.
"Esto no es algo que sucedió hace dos mil años, esto sucede cada día en nuestro corazón, en nuestra comunidad. Cuando en una comunidad se dice qué bueno esto que vino a nosotros, se habla bien el primer día, el segundo no tanto y el tercero se comienza a chismorrear".

"Querían matar a Jesús", dijo el Papa, y agregó: "Pero los que en una comunidad hacen chismes sobre los hermanos, sobre los miembros de la comunidad, quieren matar: lo mismo que esto!". 
El Apóstol Juan, en la primera carta, dice: "El que odia en su corazón a su hermano, es un homicida. Nosotros estamos acostumbrados a los chismes. Pero cuántas veces nuestras comunidades, también nuestra familia, son un infierno donde se produce esta criminalidad de matar el hermano y la hermana con la lengua".
"Una comunidad, una familia -prosiguió el Papa- es destruida por esta envidia, que siembra el diablo en el corazón y hace que uno hable mal del otro y así se destruya".
"En estos días estamos hablando tanto de la paz", subrayó, y "vemos las víctimas de las armas, pero es necesario pensar también en nuestras armas cotidianas, la lengua, los chismorreos".
Cada comunidad, concluyó el Pontífice, debe vivir, en cambio, con el Señor y ser "como el cielo".
"Para que haya paz en una comunidad, en una familia, en un país, en el mundo, tenemos que comenzar así, estar con el Señor. Y donde está el Señor no existe la envidia, no hay criminalidad ni odio ni celos. Esta la hermandad. Pedimos esto al Señor: nunca matar al prójimo con nuestra lengua", sostuvo.


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