lunes, 5 de diciembre de 2016

Breve historia de la llegada de la Inmaculada Concepción

El encargo de la imagen en 1816 se debió a la generosidad de la monja sor Isabel de San Manuel del Castillo, religiosa de probadas virtudes que fue varias veces reelegida abadesa a principios del siglo XIX.

Todo el trámite del encargo y su posterior llegada a Garachico, lo conocemos por fray José González Oliva, personajes que nos da cuenta de los pormenores de la contratación por medio de José Verger, destacado comerciante de la élite sevillana. En el manuscrito se anota las indicaciones que les fueron enviadas, pues debía de medir una vara y media “fuera del mundo y de la peana”, y además el autor “la hiciese copiar por la escultura de más gusto que hubiese en la ciudad de Sevilla”.


Su llegada a Garachico fue desde Santa Cruz en una carreta, que fue recibida en la localidad con repiques y voladores, numerosos vecinos y las comunidades dominica y agustina. Desde su entronización la imagen llamó la atención por su acabado y cualidades artísticas, considerándola como “hermosa escultura”. 

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