viernes, 29 de enero de 2016

Los Sacramentos, manifestación de Dios


Jesús no puso la felicidad, ni el cristianismo, en cosas ajenas a la vida. Y, sin embargo, nosotros hemos hecho de los Sacramentos cosas ajenas la vida. La recepción de los Sacramentos es la señal clara de que Dios está en tu vida, piensa, habla, siente contigo y te apoya siempre.

Hay creyentes que se acercan a menudo a los Sacramentos. La fuerza de su vida - como decía Madre Teresa de Calcuta - le viene del encuentro con Dios. También hay creyentes de fe endeble que van a ellos solamente en fiestas especiales.

¿Qué son los Sacramentos: Las autopistas mediante las cuales Dios se comunica con el ser humano. Los signos sensibles de su presencia en medio de nosotros.

La asistencia de Dios en los momentos trascendentales de nuestra vida. ¿Cuándo vamos a caer en al cuenta de que le importamos a Dios?

Jesús no puso la felicidad, ni el cristianismo, en cosas ajenas a la vida. Y, sin embargo, nosotros hemos hecho de los Sacramentos cosas ajenas la vida. La recepción de los Sacramentos es la señal clara de que Dios está en tu vida, piensa, habla, siente contigo y te apoya siempre. Te ama siempre aunque tú le seas infiel.

Hay gente que piensa que son magia. Ni hablar. Los sacramentos son actuaciones de Dios, en contacto con una persona en postura sacramental. Son algo serio y que exige de nosotros un grado serio de responsabilidad.

La Eucaristía - como los demás sacramentos - es un contacto interpersonal de Dios con el hombre, que tenga intención de contactar. Si no hay hombre con intención de contactar, no hay Dios contactando. El sacramento no es algo mágico, donde Dios se nos meta automáticamente.

El sacramento es un contacto personal profundo con otra persona - Dios -. Si no hay persona humana en actitud de contacto con Dios, no hay contacto personal.

No estaría nada mal que los padres, la noche del sábado hablasen con los hijos y le dijesen: Vamos a tener mañana una celebración en agradecimiento a Dios, por la vida y porque es Amor, y nos quiere tanto, que lo único que quiere es que seamos felices.

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